Trasplante de Barba y cejas
Cuando quieren obtener una barba lo suficientemente densa, muchos pacientes recurren a someterse a un implante de barba. Se pueden utilizar diferentes tratamientos, dependiendo de las necesidades del paciente. La intervención más demandada es la extracción de las unidades foliculares por medio de la técnica FUE.
Es la operación idónea para todo aquel que quiera lucir una barba sin complejos y sin miedo a recortársela, ya que no se apreciarán las cicatrices.
Sirve para repoblar de vello la zona del bigote, las mejillas, el mentón y las patillas. Es decir, zonas en las que los folículos pilosos no han crecido con normalidad. La zona donante suele ser el pelo de la parte de la nuca, aunque también servirían los pelos de la misma cara, del brazo o de las piernas.
TRATAMIENTO
Lo primero que se hace en un injerto de barba es rapar la zona donante para extraer las unidades foliculares que se vayan a necesitar. Para una barba suelen ser entre 500 y 2000 injertos, aunque dependerá de la cantidad de vello que se quiera injertar.
El implante de barba es parecido al implante de cejas y se ha de ser muy minucioso con cada uno de los injertos. Se tiene que respetar el ángulo del crecimiento de pelo y la dirección que toma éste.
BENEFICIO
Los resultados del implante de barba son muy naturales. Es habitual que se formen pequeñas costras en la zona trasplantada, pero se irán desprendiendo con el paso de los días.
POSTOPERATORIO
Tras la operación, que se realiza con anestesia local, el paciente podrá irse a casa sin problemas. El seguimiento postoperatorio se realizará cuando el equipo médico lo estime oportuno.
En un injerto de barba, el pelo nuevo se volverá a caer cuando pasen dos semanas por el llamado efecto shedding, una reacción producida por el trauma quirúrgico de la que no hay que preocuparse.
No se debe afeitar la barba hasta que hayan pasado dos o tres meses de la intervención, pero sí se pueden utilizar tijeras para ir recortando la barba.